CABA/País (21/9/18).El objetivo del encuentro de este viernes fue pensar sobre el hardware científico libre y las oportunidades para desarrollarlo en la Argentina.
Como su nombre indica, el hardware científico abierto busca que las tecnologías sean de dominio público y que cualquiera pueda acceder a ellas y/o adaptarlas; es un movimiento que fomenta la socialización y democratización del conocimiento.
En un taller que se realizó hoy se propuso abordar esta temática y contó con la exposición de Fernando Castro, docente responsable del Laboratorio de Fabricación Digital (LabFD) de la UTN Mendoza e integrante del movimiento mundial GOSH (Gathering for Open Science Hardware).
“Las bases de la creatividad empiezan porque uno copia, combina, transforma y no cerca el conocimiento”, afirmó.
Los beneficios de utilizar hardware científico abierto (HCA) son: “Que es transparente, el usuario tiene libertad para usarlo, modificarlo, venderlo, etc.; sus bajos costos; y la posibilidad de avanzar en la construcción de dispositivos rápidamente porque uno se basa en lo que ya se ha hecho, retroalimentando el conocimiento”, sostuvo Castro.
Explicó, asimismo, que el hardware científico abierto se basa en diseños digitales y que por eso se puede compartir. El fin último es terminar con la dependencia del instrumental científico que sólo se consigue en el exterior y pasar a disponer de diseños que permitan elaborarlo localmente, para responder a problemas concretos y hacer la ciencia más accesible.
“Se pueden construir muchísimas cosas y para resolver diversos problemas, desde investigaciones en neurociencia hasta monitoreo ambiental, pasando por un páncreas artificial; es muy amplia la cantidad de cosas que se han hecho y donde ha ido permeando esta forma de construir tecnología”, destacó.
El movimiento global por el hardware científico abierto (GOSH) plantea como punto de partida para imaginar un futuro diferente para la ciencia que los planos, protocolos y materiales de los instrumentos deben ser compartidos, para que puedan replicarse: “Nuestro sueño sería que en unos años todos los científicos usen HCA”, expresó Castro.
“Lo que se logra con este movimiento es dispersar la autoridad de los expertos: ya no son ellos quienes dicen cómo hacer las cosas”. En esta línea, el hardware abierto permite la democratización de la investigación; Castro también remarcó su costado político: “Sabemos que no hay ciencia ni tecnología neutral”, afirmó.
A continuación, enumeró algunos de los desafíos que se presentan para el hardware científico abierto, como su accesibilidad, que la documentación sea buena –en relación al nivel de detalle, de las pautas a seguir, etc.-, la distribución asimétrica del conocimiento y los recursos, y la calidad de los objetos que se están desarrollando.
Al finalizar su exposición, los asistentes se dispusieron en equipos para fabricar un colorímetro luego de que Castro les muestre el proceso de copia y adaptación que debían seguir.
El encuentro se llevo a cabo este viernes en la Biblioteca del Centro Cultural de la Ciencia (C3) y forma parte del Ciclo de Talleres y Conversatorios sobre Ciencia Abierta y Ciudadana organizado por el Programa de Datos Abiertos en Ciencia y Tecnología de la Secretaría de Gobierno de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, el Centro de Investigaciones para la Transformación (CENIT) y Cientópolis; que se viene realizando desde abril y se extenderá hasta noviembre de 2018.