Por la pera y la naranja, los consumidores pagaron más de 13 veces del valor del producto en el campo

País (10/2/20). La brecha de precios para el promedio de los 25 principales productos agropecuarios que se sirven en la mesa familiar bajó 1,2% en enero, a 5,05 veces.

Las brechas alcanzaron un máximo de 13,3 veces en el caso de la pera y un mínimo de 2,29 veces en el de la carne de pollo. La participación del productor se redujo a 23,5%.

La brecha de precios entre lo que pagó el consumidor y lo que recibió el productor por los productos agrícola-ganaderos en el campo descendió 1,2% en enero. Hubo 13 productos en baja y 12 con alzas de brechas, pero la caída en el valor promedio estuvo empujada por la menor brecha de la cebolla (-38,1%) y del tomate (-21,4%).

En promedio, los consumidores pagaron 5,05 veces más de lo que cobró el productor por los productos en la tranquera de sus campos, cuando en diciembre la diferencia fue de 5,11 veces (en noviembre de 4,74).

Los datos surgen del Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) que elabora el sector de Economías Regionales de CAME en base a precios diariosonline de los principales supermercados del país, más de 700 precios de verdulerías y mercados para cada producto, y precios de origen de las principales zonas productoras que releva un equipo de 35 encuestadores.

En enero, el IPOD agrícola bajó 2,2%, llevando su brecha a 5,45 veces, y ubicándose 5,2% abajo del mismo mes de 2019.

El IPOD ganadero, en tanto, subió 5,2%, a 3,45 veces, aunque 9,2% por debajo del mismo mes de 2019. La participación del productor en el precio final bajó 4,5% en enero, a 23,5%.

Es en este último punto, donde la “Ley de Góndolas”, apoyada por CAME, aparece como un instrumento clave para las pymes, además del consumidor, porque con el espacio en la góndola se busca evitar las prácticas abusivas. Dicha ley ya obtuvo media sanción y su debate continuará ahora en el Senado.

CAME considera que se trata de una medida reparadora que busca fomentar la competencia y generar oportunidades para los eslabones más débiles de la cadena de comercialización, como es el caso del pequeño productor.