Córdoba/País. No hay dólares suficientes para atender todas las demandas. Es clave determinar a qué sectores priorizar. El problema es el desequilibrio en la estructura financiera y productiva. Estas fueron algunas de las reflexiones de los economistas del CPCE, en el marco del habitual encuentro con periodistas, para el análisis de coyuntura con el eje puesto en el mercado cambiario.
A horas de que el ministro Kicillof insistió en que en la Argentina no hay cepo al dólar y de que la escasez de la moneda estadounidense afecta a todas las economías del mundo, los economistas del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de Córdoba (CPCE) afirmaron que no hay dólares “para todos y todas” y que el cepo -que existe- es una consecuencia de la estructura productiva y financiera “desequilibrada”.
Para Mary Acosta y Guillermo Pizarro, una devaluación, nuevo endeudamiento o un ajuste fiscal, no resolverían el problema de fondo. Consideraron que la administración de divisas es “indispensable” para sostener una estrategia de desarrollo. Bajo ese contexto, indicaron que se debe determinar a qué grupo limitar (o no) la demanda de dólares.
Para explicar la política cambiaria, hay que plantear que las reservas del Central en el primer trimestre del año mejoraron 14,7 por ciento respecto al mismo período de 2014. En el caso de la balanza comercial, con las intervenciones sobre las importaciones, el superávit cayó fuerte. Hay un fuerte impacto de las importaciones de combustible, que este año se redujeron, detallaron los economistas.
Otro aspecto que genera salida de divisas, es el saldo por servicios que es negativo en US$ 3 mil millones; la evolución del balance de pagos es desde 2011 negativo en cuenta corriente.
Asimismo, se precisó que un elemento clave en el sostenimiento del tipo de cambio es la venta de dólar ahorro. A modo de ejemplo, se apuntó que hasta el 15 de abril ya se vendió el 66 por ciento de lo que se operó en todo marzo.
Sobre la liquidación de exportaciones, la “tendencia es negativa” en los últimos años. En el primer trimestre de este año, bajaron 29,5 por ciento respecto de igual lapso de 2014. Las mayores bajas interanuales coinciden con las brechas más amplias entre dólar oficial y paralelo.
Desde la entidad profesional, se aclaró que para analizar la disponibilidad de dólares es importante contabilizar los vencimientos de deuda; el más importante es en octubre próximo, cuando suman US$ 7 mil millones. Lo exigible en todo el año (incluyendo lo ya cancelado) son US$ 11 mil millones. Este calendario introduce tensiones en el mercado cambiario porque los fondos de pago salen de las reservas.
Acosta explicó que la colocación de títulos que hace el Central está generando un problema difícil de desarticular. “El mecanismo era más útil y genuino hasta el 2010, cuando había superávit de balanza comercial. Hoy los dólares que se absorben son producto de un déficit público”. Las letras se colocan a corto plazo y en cada rescate hay nuevas colocaciones”, observó.
El contexto de todas estas medidas es un nivel de actividad que no se recupera y con una situación fiscal que, en el bimestre, acumula un déficit primario de $ 15 mil millones y uno total (incluyendo el sector financiero) es de $ 30 mil millones. El rojo es atendido principalmente por el Central.
Las perspectivas de las reservas, para el CPCE, podrían sintetizarse en tres escenarios. En el más optimista terminarían el año en US$ 28.900 millones y en el peor de los casos, US$ 16.900 millones.
Contener el tipo de cambio
En tanto, el presidente del CPCE, José Simonella, opinó que el tipo de cambio está contenido por “el poder de policía” que ejercen distintos organismos del Estado.
En esa política -comandada por el titular del Central, Alejandro Vanolli- entiende que el swap de China no juega un rol clave, ya que no soluciona los problemas del Central de actuar como prestamista de última instancia.
“Controlaron la brecha sin devaluación sino con fiscalización y con el dólar ahorro”, agregó. Apuntó también que el esquema permitió cumplir con el objetivo pero no es “sostenible en el largo plazo” por lo que el gran interrogante es cuándo “se destapa” el dólar.
A su entender, el sucesor del actual gobierno debería devaluar en el corto plazo después de asumir y orientar los subsidios de manera puntual para reordenar el frente fiscal. Esto dependerá de “cuánto poder político” tenga quien llegue a la Casa Rosada.