País (18/7/19). El primer mandatario tiene decidido reemplazar por lo menos a dos ministros y ya suenan candidatos para sucederlos. Además, se eliminarían carteras.
A poco más de un mes para las cruciales elecciones de octubre, el gobierno ya comienza a diseñar el día después del domingo 22 cuando se sabrá finalmente quién se impone en la provincia de Buenos Aires, la que para muchos es la “madre de todas las batallas”. Para ello, cerca del presidente Mauricio Macri trabajan en cambios de gabinete que le permitan “oxigenar” las áreas más cuestionadas de su administración.
De acuerdo con lo que pudo saber ARG Noticias de fuentes cercanas a la mesa presidencial, hay dos ministerios en lo que se descuenta que habrá cambio de autoridades: Seguridad y Justicia.
En el primer caso, el desgaste por los desatinos discursivos en torno a la desaparición del joven Santiago Maldonado dejan a Patricia Bullrich sin aire para seguir adelante. Si bien el propio Macri se encargó de hacer trascender que respalda a la “Piba”, su cerrada defensa inicial a Gendarmería la colocaron en una posición insostenible ante la evidencia que se acumula día a día sobre el oscuro accionar de dicha fuerza en la represión a la comunidad mapuche de Esquel el 1 de agosto, donde por lo menos ocho integrantes podrían estar comprometidos con el caso.
Para ocupar ese lugar caliente, Macri ya tendría decidido volver a poner al frente a un hombre que conoce bien: el exjuez y ministro Guillermo Montenegro, a quien ya perdonó -hoy es candidato a diputado de Cambiemos en la provincia de Buenos Aires- por su apoyo a Gabriela Michetti frente a Rodríguez Larreta en las PASO de 2015. Algunos dicen que el malestar venía desde que el entonces jefe de Gobierno fue procesado por las escuchas telefónicas. Lo cierto es que la relación se recompuso y el nombre de quien fue hasta hace poco embajador argentino en Uruguay es el que más suena.
Por el lado del ministerio de Justicia, el presidente se habría fastidiado con Germán Garavano por dos motivos. Sus declaraciones sobre el caso Maldonado han complicado la estrategia oficial, de hecho ayer sostuvo que los gendarmes “mintieron”. Esos gestos para diferenciarse no son del agrado del jefe de Gabinete, Marcos Peña, con el que Garavano está cada día más enfrentado. Peña lo desautorizo públicamente cuando rechazó pedir ayuda internacional por la desaparición del artesano.
De la misma manera, le achacan también al titular de Justicia haber sido incapaz de lograr un vínculo fluido con los jueces más influyentes. Quien no desaprovecha ocasión para fustigarlo es Daniel “Tano” Angelici, presidente de Boca y operador judicial de gran cercanía con Macri.
Uno de los que suenan para reemplazarlo es Martín Ocampo, hombre de Angelici que hoy ocupa el mismo puesto en la Ciudad de Buenos Aires, desde donde logró organizar la flamante Policía de la Ciudad.
El otro candidato para quedarse con el puesto de Garavano es Ernesto Sanz, a quien llaman el “ministro sin cartera”, aunque no son muchas las chances que le dan al radical de ingresar al gabinete: “Ernesto suma desde donde está”, se atajan en Balcarce 50.
Por último, no se descarta que algunos ministerios se unifiquen a los efectos de evitar la duplicación de cargos burocráticos. En el gobierno creen que no será muy difícil ajustar el gasto si no muestran que la austeridad empieza por los funcionarios del Estado.
