
Córdoba (5/3/18). La iniciativa de la legisladora opositora tiene por objeto regular, proteger y garantizar la equidad de género en cuestiones relativas a la imagen en miembros de la comunidad educativa de la Provincia; prohibiendo el uso de distinciones basadas en sexo o género en las reglamentaciones internas que rigen la imagen de las personas en las instituciones escolares.
Esta medida se extiende a todas las instituciones educativas –públicas y privadas– de la Provincia y comprende a estudiantes y trabajadores docentes y no docentes.
Entre sus definiciones, el proyecto de ley de Liliana Montero comprende por imagen escolar a cada detalle de vestimenta, atuendo y ornamentación corporal, desde guardapolvos y uniformes escolares para todo tipo de tarea a realizar en el marco de las actividades institucionales, hasta alhajas, maquillaje, cortes de cabello, peinados, largo de uñas y cualquier elemento que modifique la apariencia visible de los miembros de la comunidad educativa.
En sus fundamentos, la parlamentaria sostiene que “aquello que en los inicios del sistema educativo era solo una cuestión estética hoy nos somete a debates sobre la legalidad de algunas prácticas que, por costumbre, sostenemos como cotidianas».
«Solo por mencionar algunas existen aún hoy, tanto en escuelas públicas de gestión privada como en públicas de gestión estatal, normas que discriminan patrones estéticos sobre lo masculino y lo femenino o pautas que reglan diferencias entre mujeres y varones: pintorcitos celestes o rosas, aros prohibidos para unos y no para otras, maneras de recoger o cortar el cabello, uso o no de cosméticos, polleras y pantalones, etc”, destacó.
A su vez, la legisladora expresó que resulta inevitable «hacernos algunos cuestionamientos cuando vemos estas ‘costumbres de las escuelas’ y entendemos que permitir que los establecimientos educativos sigan discriminando entre ‘nenas y nenes’ o entre ‘chicas y varones’ vulnera el derecho de las personas vivir con libertad sus diferentes variedades a nivel de expresión de género y de identidad de género».
«Hoy reconocemos que el binomio hombre/mujer, niña/niño dejan fuera un abanico de opciones de identidades”, señaló Montero.