Córdoba (18/4/18). Los economistas del Consejo Profesional de Ciencias Económicas (CPCE) plantearon que las cuentas públicas nacionales presentan varios desafíos en un marco de “deterioro general”. La solución no es a un problema nuevo, sino que se trata de inconvenientes “estructurales” del país: inflación, déficit, falta de inversión, bajo nivel de depósitos.
Aunque se logró reducir el déficit primario, la ventaja se pierde cuando hay que atender el pago de intereses. Entre 2017 y 2016 ese pago aumentó el 80%; en el primer bimestre de este año comparado con igual período de 2017 el incremento es del 200% en el rubro de pago de intereses. Mary Acosta señaló que ese cálculo de los primeros dos meses no se puede extender a todo el año.
En cuanto a los ingresos del sector público, la tendencia del pago de los intereses es de pendiente positiva (aunque los valores cambian de mes a mes. La medida es un indicador a tomar en cuenta, también en relación a los ingresos de la balanza comercial.
Otro aspecto a tener en cuenta -que contempla el trabajo del CPCE- es la oferta y demanda de dinero; en marzo último hubo un alza de la variación interanual. “De mantenerse la tendencia la lectura es que los particulares se quieren desprender de los pesos por la inflación”, se advirtió.
El presidente del CPCE, José Simonella, sostuvo que el desprenderse de pesos coincidió con la mayor demanda de dólares: “Una cosa es estar en una etapa de crecimiento de la economía. Cada vez que hay una baja en la demanda de dinero hay una suba de la alternativa, que en Argentina es el dólar».
«Ahora, si el público cree que el Central defenderá el tipo de cambio, la demanda podría estabilizarse. En un punto la creencia fue que el equipo económico le ganaba al Central, hasta que el Banco demostró firmeza con una suba de tasas”, añadió.
Lebacs
La colocación de deuda en dólares incrementó la base monetaria y no alcanzó a ser compensada por la esterilización de las Lebacs. Al 21 de marzo último el stock de Lebacs representaba el 112,9% de la base monetaria, lo que es un indicador de la exposición del Central.
“Si todos los tenedores de Letras se desprendieran en conjunto se más que duplicaría la base monetaria”, graficó Acosta. Entre 2016 y 2017, el Central usó 22.000 millones de dólares para el pago de intereses, lo que afecta sus utilidades.
Simonella aportó que una manera de desarmar el sistema de Lebacs es que la Superintendencia de Seguros ahora obliga a tener acciones y no sólo Letras: “De a poco se va desarmando; incluso la suba del tipo de cambio es una señal de que el negocio no es tan seguro como hace dos años”.
Inflación
«Si el Gobierno no baja el déficit y lo sigue financiando con emisión y con el mundo, la inflación no descenderá; la inflación es la fiebre pero la infección es el déficit -continuó Simonella-. Hay espacio para reducir el rojo; nadie habla de un shock pero tampoco de un gradualismo de tres años. Quedaron entrampados en subsidiar oferta. Para resolver estos problemas la decisión debe ser del Estado en su conjunto y consenso social”.
Acosta apuntó que la inflación núcleo (precios no regulados) viene ascendiendo desde enero de 2017. “Si se baja la tasa de interés se corre el riesgo de que esos fondos vayan a tipo de cambio y también se complique el panorama. Hay una interrelación de factores”. Las expectativas de inflación del mercado también fueron ajustándose al alza en cada medición que hace el Central.
Otro desafío es el acceder a las divisas necesarias para sostener el proceso económico: del balance cambiario sobresalen el ingreso por endeudamiento y la fuga de divisas; la inversión directa es muy baja. La inversión de portafolio cae desde mediados del año pasado.
“Hay necesidad de obtener divisas; por ahora se resuelve con endeudamiento pero se reduce considerablemente por la salida de capitales. El esquema, como está, es difícil de sostener”, manifestaron los economistas.
A su vez, la diferencia entre endeudamiento y fuga de capitales -que tiene un valor positivo- explica el alza de reservas.