Córdoba/País (30/4/18). Para gran parte de los argentinos, la cotización del dólar es el indicador más sensible sobre la marcha de la economía. Por eso, cualquier alteración brusca es motivo de zozobra.
Existe una larga experiencia de que las devaluaciones vienen asociadas a crisis. No solo por la inestabilidad en el sistema financiero sino porque termina repercutiendo en el nivel general de precios.
La preocupación aumentó porque tanto la inflación como las subas del dólar se aceleraron. El Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa) advirtió que pasadas las elecciones, «hay un cambio de tendencia llegando en abril a una inflación del orden del 25% anual y la devaluación superando el 35% anual«.
Para poner en contexto esta dinámica de la economía argentina, el centro de estudios comparó la situación que atraviesan los países vecinos de la región con estas dos variables.
En Uruguay, la inflación fue de 7% y el dólar subió apenas un 1%. En tanto, en Chile la inflación fue del 2% y el valor del dólar cayó un 8%. Por caso, Perú, la inflación como el crecimiento del valor del dólar fueron de casi 0%.
«Estos datos confirman la atipicidad de la Argentina tanto en su ritmo de devaluación como en su muy alta inflación. Pero, además, también señalan que si se quiere tranquilizar el dólar es clave bajar sustancialmente la inflación», destacó Idesa.
En esa línea, la entidad expresó que para lograr este objetivo, las herramientas con las que cuenta el Banco Central «son muy limitadas». Por el contrario, es el resto de los funcionarios «los que deben tomar medidas más enérgicas para controlar el crecimiento del gasto público y reducir los desequilibrios de las cuentas públicas«, indicó.
«De esta forma, será factible bajar la inflación y, con ello, tener un mercado cambiario más tranquilo», añadió.
Déficit
En los 3 primeros meses del 2018 se observó un importante ahorro fiscal del 20% gracias a la reducción de los subsidios a la energía. Pero esto fue más que compensado por un incremento del 30% del principal gasto del Estado nacional, que es el previsional, y del 100% en el pago de intereses de deuda pública.
«Esto llevó a que el déficit total pase de $540 mil a $665 mil millones, o sea, crezca en $125 mil millones en sólo los 3 primeros meses del año», se precisó.
A esto se suma un agravante, según sostiene Idesa, que se relaciona con que las herramientas para moderar el crecimiento del gasto público «están siendo fuertemente cuestionadas en el Congreso». Entre ellas, el sinceramiento de las tarifas de los servicios públicos.
Bajar la inflación
La devaluación es consecuencia de la inflación y ésta del alto desequilibrio en las finanzas públicas. «Para evitar las devaluaciones es necesario asumir de manera más seria la organización del sector público», planteó el instituto, al tiempo que hizo hincapié en tema clave como lo es la reforma integral del sistema previsional.
Por último, Idesa resaltó que «el dólar y las tarifas acompañen a la dinámica del nivel general de precios es la menos peor de las alternativas». «Para evitar los traumas y las preocupaciones que generan las devaluaciones y los tarifazos hay que bajar la inflación«, concluyó.