Región (1/5/20). La titular de la CEPAL participó en webinar de la Fundación EU-LAC, en donde instó a generar con Europa un “nuevo green deal” para un mundo más democrático, menos desigual y más sostenible.
La pandemia del COVID-19 nos demanda la construcción de un nuevo modelo de desarrollo, con instituciones más redistributivas que tengan mayor preocupación por las minorías, las mujeres y los adultos mayores, sin olvidar tampoco el cambio climático, señaló Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), durante un seminario virtual de alto nivel organizado por la Fundación EU-LAC, con sede en Hamburgo (Alemania), a principio de la semana.
Durante su intervención, la máxima autoridad de esta comisión regional de las Naciones Unidas realizó un llamado a la Comisión Europea a generar un “nuevo green deal”, tal como lo ha estado haciendo América Latina y el Caribe, para que ambos confluyan hacia un mundo más democrático, menos desigual y más sostenible.
En el webinar titulado “Respuestas y oportunidades de las organizaciones regionales ante la pandemia del COVID-19”, encabezado por Paola Amadei, Directora Ejecutiva de la Fundación EU-LAC, Bárcena remarcó que la pandemia del COVID-19 nos invita a pensar sobre el modelo económico-comercial dominante. «La privatización de los sistemas de salud ha dado lugar a una enorme fragmentación revelando la enorme desigualdad que hay en nuestra región», enfatizó.
Remarcó que el COVID-19 es una pandemia de alcance planetario y por ende requiere también una respuesta global coordinada. “Ningún país se salvará solo, menos aún en un mundo que hoy está más interconectado que nunca en la historia de la humanidad. Así lo ha transmitido con fuerza y claridad el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, en la carta que dirigió a los líderes del G20 el pasado 23 de marzo”, indicó.
La Secretaria Ejecutiva de la CEPAL recordó que la región de América Latina y el Caribe sufrirá fuertes impactos a raíz del coronavirus. La semana pasada, la Comisión entregó su Informe especial COVID-19 N? 2 con sus nuevas proyecciones económicas, en donde se prevé una contracción del PIB regional de -5,3% para 2020, la peor caída de la región desde la Gran Depresión de los años 1930 y la crisis de 1914.
En tanto, las exportaciones regionales caerían alrededor del 15% este año. Además se generarían casi 12 millones más de desempleados en la región, sobre una masa laboral que tiene un 53% de informalidad, lo que es especialmente grave. «Esto nos llevará a un incremento de 30 millones de personas en situación de pobreza», dijo.
“El mundo del futuro va a ser completamente diferente. Las empresas están recalculando, hay una reorganización de la geografía económica para depender menos de manufacturas importadas. Tendremos que volver a recurrir a la regionalización y a la integración regional, ya que seguramente las cadenas globales se constituirán en torno a tres polos: las Américas, Europa y Asia Pacífico”, explicó.
Bárcena sostuvo además que la cooperación internacional es más urgente en la parte fiscal. Muchos países de la región son considerados de ingreso medio -algunos de ellos en el Caribe, que ya están fuertemente endeudados- por lo tanto no les dan facilidades concesionales a bajo costo, ni bajos intereses.
“Hacemos un llamado también para que las organizaciones multilaterales presten a tasas de interés favorables y alivien de la deuda a países altamente endeudados, aplazándola o condonándola. De lo contrario, los pagos serán imposibles y se comprometerá el espacio fiscal”, dijo la alta funcionaria de las Naciones Unidas.