Ola de rechazo y un pedido de renuncia por los dichos de la ministra Acuña

CABA/País (16/11/20). «El perfil de los estudiantes de carrera docente cada vez va teniendo un sesgo más claro. Son personas cada vez más grandes de edad que eligen la carrera como tercera o cuarta opción luego de haber fracasado en otras», advirtió la ministra de Educación porteña.

Entidades gremiales y diputados nacionales y porteños, repudiaron hoy las declaraciones a las que calificaron de «discriminatorias» y le reclamaron su renuncia a la ministra de Educación de la Ciudad, Soledad Acuña, quien afirmó que las personas que eligen la carrera docente «son de los sectores cada vez más bajos» a nivel «socioeconómico».

“Sería un gran gesto democrático que Horacio Rodríguez Larreta le pida la renuncia a su ministra de Educación», aseveró la legisladora Lorena Pokoik (Frente de Todos), quien presentó un proyecto de declaración de repudio a expresiones de Acuña, manifestadas durante un ciclo de charlas organizado por el diputado de Juntos por el Cambio Fernando Iglesias, el 8 de noviembre pasado.

En ese contexto, la funcionaria porteña habló del «perfil» de los aspirantes a docentes y dijo que «son de los sectores cada vez más bajos socioeconómicos» y «cada vez más grandes de edad que eligen la carrera como tercera o cuarta opción luego de haber fracasado en otras carreras».

En otro tramo de aquella charla, Acuña dio su opinión, ante una consulta de uno de los participantes del encuentro por Zoom, sobre la formación de los docentes en los institutos terciarios. Al respecto, advirtió sobre una «raíz de la militancia política en las aulas, que está en la formación docente».

«Un docente que aprende bien sabe que lo que tiene que hacer es enseñar a pensar, no decirle a los chicos en qué pensar», indicó, y pidió a las familias de los alumnos «que hagan las denuncias» de los casos de «bajada de línea en el aula para poder intervenir y trabajar con la conducción y los docentes».

Tras conocerse por redes sociales los distintos fragmentos de la referida charla, la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) repudió los dichos de Acuña al considerar que «hizo explícito su desprecio por quienes llevan adelante la tarea cotidiana de enseñar, y dejó expuesto el programa educativo de la derecha en la Ciudad, en línea con muchas de las medidas que adopta Jair Bolsonaro en Brasil».

«A la ministra Acuña se le cayó el velo, propone procedimientos que están fuera de la democracia, como pedir a las familias que denuncien a los profesores y las profesoras. También es terrible vincular a la pobreza con la ausencia de capital cultural», dijo a Télam la secretaria general de UTE, Angélica Graciano.

La dirigente sindical señaló además que «fue un ataque brutal. Es muy grave lo que dice en contra las maestras. Dice que las que estudiamos el magisterio somos grandes y unas fracasadas porque no elegimos otras carreras. Eso es discriminatorio porque desconoce la organización de la vida de una mujer para poder estudiar».

También el secretario gremial de la Confederación de Trabajadores de la Educación, Eduardo López, se expresó en Twitter: «Hablan como gerentes de una comunidad educativa que maltratan, espían y persiguen desde hace 13 años y que odian por no poder doblegar».

El diputado nacional y referente del gremio docente Hugo Yasky, por su parte, se sumó a la ola de críticas al asegurar que «Acuña rompió un récord incluso para el macrismo. No hay antecedentes, en toda la historia argentina, de una autoridad educativa que insulte de esta manera a la carrera docente y a la educación pública».

En sintonía con las manifestaciones de Pokoik, Yasky aseveró que «las palabras de Acuña son una prueba fehaciente de que al frente del Ministerio de Educación porteño hay una persona que no conoce la labor pedagógica, que no tiene idea de cómo se lleva adelante la organización y la puesta en marcha de una clase, y mucho menos de la preparación integral que tiene cada profesional de la educación”.

El legislador del FdT Matías Barroetaveña dijo, al respecto, que en el discurso de Acuña «la única novedad es que dice lo que realmente piensa y no el libreto preparado. Como toda la gestión local, mucho marketing del diálogo pero un profundo desprecio por la opinión del otro y por la educación publica».

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