Para economista del CPCE, es “ineludible” una reforma impositiva

CPCE fachada YrigoyenCórdoba. La presión tributaria crece con un criterio de suficiencia: se busca recaudar para cubrir lo que se quiere gastar y no para ser más eficientes, afirmaron desde el Consejo de Profesionales de Ciencias Económicas.

En ese sentido, se expresó que es imposible referirse a la presión tributaria (récord en la Argentina hoy) sin mencionar el gasto público. Esa variable viene en aumento constante desde 2007, cuando representaba el 14 por ciento del PBI hasta el 25 por ciento en diciembre último.

Los datos revelan que el Estado cada vez toma una mayor parte de lo que produce el país: la administración central requiere $1,2 billones anuales. La presión impositiva aumentó 8 por ciento en siete años.  

El economista Guillermo Pizarro destacó que la mayor intervención del Estado quita incentivos a los privados, además de distorsionar el esquema. «La presión tributaria crece con un criterio de suficiencia: se busca recaudar para cubrir lo que se quiere gastar y no para ser más eficientes. Queda pendiente una reforma crucial, un cambio en la Coparticipación y una búsqueda de mayor equidad”, señaló.

En esa línea, opinó que habría que revisar, por ejemplo, las retenciones a los comodities que se exportan: «No es común que existan en los países; en general se busca promoverlas y no cobrarles”.

Respecto de Ganancias, indicó que está claro que se debería cambiar la base imponible y las categorías. «Deja menos ingresos disponibles al que paga y después el Estado redistribuye como quiere a través de subsidios”, ejemplificó.

En el caso de Bienes Personales, el CPCE estimó que debería estar (siguiendo el dólar oficial) en $850 mil (es de $305 mil).

Presión impositiva

Sobre la base de datos de la OECD, el economista, advirtió que “la Argentina es la presión tributaria efectiva (37,3 por ciento) más alta de Latinoamérica y una de las más importantes del mundo.

Hay dos problemas derivados de este esquema: los servicios prestados son de pobre calidad y, además, hay más evasión. «Se pierde competitividad y hay más distorsiones”, precisó Pizarro. Con una base de cálculo diferente a la de la OECDE, el Consejo estima la presión en 34,5 por ciento para este año.

Otro aspecto del análisis, es cómo con el paso de los años aumentó el peso de los impuestos directos (grava el consumo). Hay un sesgo regresivo en esa tendencia, ya que «beneficia” la acumulación de riqueza. De la presión tributaria total, en 2014 el 8,3 por ciento correspondió a los indirectos y el 19,5 por ciento a directos.