Córdoba. Ante la pérdida de competitividad del tipo de cambio, los economistas del Consejo Profesional de Ciencias Económicas (CPCE) plantearon que el desafío es conseguir una devaluación planificada que favorezca la competitividad sin afectar el desarrollo.
La base de esta conclusión es que los procesos de devaluación en los últimos 50 años no se produjeron por condiciones de política, sino porque el mercado empuja y el Estado no tiene cómo responder. “No fueron planificadas”, destacó Mary Acosta.
En función de la actual situación, la economista señaló que hay un desacomodamiento de las variables que hacen pensar en el mediano plazo: “Empezar un proceso de endeudamiento tapando los problemas no funcionaría”.
Víctor Peralta indicó que los candidatos que piensan que se sale de los problemas con una devaluación se equivocan. “Hay que coordinar la política cambiaria, monetaria y fiscal para reducir las tensiones”, agregó.
Inflación
En 2008 y 2009 la tasa de devaluación superó la inflación oficial en Argentina, situación que se pierde entre 2010 y 2011. El análisis del tipo de cambio real (TCR) marca que, en comparación con el primer trimestre del 2006, si se toma el Índice de precios implícitos está 50 por ciento, por debajo (US$ 2,09), mientras que si se deflacta por la evolución de la Canasta de Alimentos que mide el CPCE, la relación es US$ 3,05 a 1,36 hoy.
Competitividad en baja
La pérdida de competitividad en el tipo de cambio es -a criterio de los economistas- un reflejo de que las principales variables de la economía se desalinearon (frente fiscal, reservas, balanza comercial, resultado en cuenta corriente de la balanza externa). La tasa de devaluación más alta en la serie 2006 a 2013 es en 2009, con el 21,08 por ciento interanual, las más bajas se dan en 2011 y 2012, “lo que confirman la pérdida de competitividad”.
¿Shock devaluatorio?
Frente a esta situación el interrogante es si puede haber un shock devaluatorio importante. Un análisis de cinco períodos con devaluaciones fuertes -Rodrigazo, Plan Austral, Híper del 88, Convertibilidad, crisis de 2001- que tienen como característica común bajas reservas, con divisas provenían básicamente del comercio exterior pero no hay una relación directa entre caída en la balanza comercial y términos de intercambio.
En cambio, sí hay un deterioro de la balanza vinculado con el alza de actividad (típico de país importador). El otro factor determinante es el resultado del sector público: cuando es deficitario se termina echando mano a las reservas.
“Siempre en crisis se usaron aportes del Tesoro, salvo en la Convertibilidad cuando se compensaba con ingreso de divisas. Hoy, además, se usan reservas para pagar deuda y determina que el nivel de endeudamiento sea menor y deje al país en mejores condiciones para conseguir financiamiento. El nivel de desendeudamiento ha sido mayor que las reservas perdidas”, apuntó Acosta.
Peralta agregó que hay un cambio importante de escenario y que empieza a ser imperiosa la necesidad de conseguir divisas para recomponer reservas.
En el repaso de los shocks devaluatorios se transparenta que la devaluación del plan Austral (789 por ciento) no permitió crear condiciones y la crisis se siguió arrastrando hasta el 2002, cuando la devaluación es del 206 por ciento.
Después estos reacomodamientos del tipo de cambio los resultados son dispares en la economía:
Rodrigazo. El desempleo bajó, el crecimiento subió y la inflación bajó pero sobre una base del 200 por ciento anual;
Plan Austral. Mejoró el PBI (se venía de una recesión), el frente laboral se mantuvo estable y la inflación cae desde valores altos.
Devaluación de la híper. Se revierte el proceso de baja del Producto, sube el desempleo y los precios descienden pero se produce una nueva crisis que desemboca en la Convertibilidad que sólo alcanza objetivos en frenar la inflación.
Devaluación del 2002. A diferencia de las anteriores, todos los parámetros mejoran pero “ya se había hecho el ajuste. No es que la devaluación no produzca un efecto recesivo, pero en esta oportunidad ya se había hecho”, señalaron desde el CPCE.
El informe brindado por los economistas, fue en el marco del desayuno de coyuntura que organiza mensualmente el CPCE que, en esta ocasión, abordó el tema que plantean algunos de los candidatos a diputados: la devaluación.
(*) imagen de archivo