Ciudad de Córdoba. “La democracia es la mejor manera de llevar adelante la construcción de los sueños”, expresó el intendente Ramón Mestre en el acto donde cerró las actividades del Foro “Hacia los 30 Años de Democracia”. Los participantes recibieron la estatuilla Democracia y Solidaridad.
A su vez, Mestre aseguró que “Hemos heredado la paz, producto del sacrificio de muchos argentinos. Hoy, nuestra democracia tiene muchos desafíos y, gracias a Dios, hoy nadie imagina vivir sin ella”.
Por su parte, el concejal Esteban Dómina que participó de la sesión especial en la que se homenajeó a los concejales electos y al Intendente de Córdoba por el período 1983-1987, instó a “no perder el marco de convivencia, de tolerancia y de paz que es la democracia”.
El Concejo Deliberante llevo a cabo una sesión especial en la que se evocó la asunción de las autoridades constitucionales que protagonizaron la histórica recuperación democrática.
En la oportunidad, Dómina -impulsor de este homenaje- reconoció que “no es fácil ejecutar una celebración cuando hay hermanos argentinos muertos y tenemos todavía un estado de zozobra que verdaderamente condiciona nuestro ánimo. Pese a todo, soy de los que creen que hay que celebrar igual la democracia. Contra viento y marea porque la democracia es la suprema majestad que tenemos que cuidar entre todos para ponerla a salvo de cualquier contingencia”.
Las asignaturas pendientes
También, el edil dio cuenta de las cosas pendientes de la democracia, que consideró “hay que enfrentar rápidamente y con la mayor firmeza”.
Entre las asignaturas a resolver, destacó la marginalidad y pobreza; la calidad de la representación ciudadana, y el estado de desigualdad que existe en el país.
En el marco de la celebración por los 30 años de democracia, el defensor del pueblo adjunto de la provincia de Córdoba, Hugo Pozzi convocó a “repensar el contrato social que da sustento a esta recuperada Democracia, en virtud de los últimos acontecimientos que dolieron a toda nuestra Córdoba y le duelen al país, reviviendo hechos, actitudes y situaciones que considerábamos definitivamente superadas”.
“Nos desconocimos como vecinos y conciudadanos, se quebraron los lazos de solidaridad, se escucharon voces evocando tiempos de autoridad represiva como la mejor alternativa ante la anarquía de esas horas. La ciudad se transformó en una selva donde primó la ley del más fuerte, incluso en aquéllos que lo hicieron desde la convicción de la necesidad de la defensa propia y de terceros”, valoró.