Radiografía de la pobreza en la Argentina

 

pobrezaPaís.  En Argentina a junio de 2013 casi 11 millones de personas viven en condiciones de pobreza y casi 2,4 millones bajo indigencia o pobreza extrema. Esto representa un 26,4 por ciento  y un 5,7 por ciento de la población respectivamente, según el Informe de pobreza e indigencia del Observatorio de la Pobreza del Cippes.

Para el Centro de investigaciones participativas, la pobreza en 2012 se había reducido en un 1 por ciento, pero en la primera mitad del 2013 volvió a aumentar, contrarrestando parcialmente la caída previa. El efecto neto en estos 12 meses fue una caída del 0,36 por ciento. La indigencia en cambio mostró menores tasas consecutivamente, cayendo del 6,5 por ciento al 5,8 por ciento y luego al 5,7 por ciento. Su efecto neto fue una caída del 0,79 por ciento entre junio de 2012 y un año después.

También, se advirtió que dichas estimaciones  se ubican en 20 puntos más que las tasas oficiales de pobreza y 4 puntos más que las de indigencia, en el primer semestre de 2013.

En la provincia de Córdoba, casi el 23 por ciento de la población vive bajo la pobreza y el 4,4 por ciento bajo la indigencia. Los datos representan que casi 779 mil y 150 mil cordobeses -respectivamente- se encuentran en estas situaciones.

Entre junio de 2012 y junio de 2013 la pobreza en la provincia mediterránea cayó un 0,37 por ciento y la indigencia un 0,46 por ciento.

Chaco aparece como el distrito con indicadores más preocupantes, advierten desde el Cippes. Al respecto, indicaron que no sólo cuenta con las mayores tasas de pobreza e indigencia (51 por ciento y 13 por ciento), sino también fue la que más aumentó sus tasas en los 12 meses entre junio de 2012 y junio de 2013.

Hacia el norte del país, en la provincia de Salta, la pobreza aumentó menos del 0,5 por ciento en el ratio de pobreza entre junio de 2012 y un año después, y alcanzó 36,8 por ciento de la población. Los índices de indigencia se ubican en 5,9 por ciento.

Buenos Aires,  mantuvo prácticamente en las mismas tasas (27,6 por ciento). Tucumán y Mendoza registraron las caídas más fuertes en tasas de pobreza en dicho período, aunque la caída en ambos casos no alcanza el 3 por ciento.

La indigencia cayó en todas las provincias entre junio de 2012 y junio de 2013 salvo en Chaco, aunque sólo en Buenos Aires la caída fue más pronunciada (del 1,3 por ciento). En Mendoza y Tucumán las disminuciones fueron de menos del 0,5 por ciento y sólo en Salta se redujo en 0,85 por ciento.

La pobreza en el Conurbano Bonaerense se estimó para junio 2013 en 29,20 por ciento. En relación a los valores de la década de los noventa, la misma se ubica entre el promedio para 1990-94 (del 28,5 por ciento) y el promedio para 1995-99 (del 31,8 por ciento).

Análisis pos saqueos

Desde el Centro de Investigaciones Participativas (Cippes) consideraron que del análisis de dichos datos pueden encontrarse algunas explicaciones para los hechos sucedidos en los primeros días de diciembre.

“En cierta medida también exponen como algunos distritos donde se vivieron intensamente los saqueos y el clima de incertidumbre están asociados a importantes niveles de pobreza e indigencia”, afirmaron.

Los investigadores de la entidad, hicieron foco en la provincia de Chaco, donde la situación de pobreza supera el 50 por ciento y la indigencia se encuentra en torno al 13 por ciento. También, destacaron los casos de Salta (pobreza 36,8 por ciento, indigencia 6 por ciento) y Tucumán (pobreza 31,5 por ciento, indigencia 5,9 por ciento).

Hay una señal de alerta por los “preocupantes índices del Conurbano Bonaerense, según los datos del Informe del Cippes, registra un 27, 5 por ciento de pobreza y un 5,7 por ciento de indigencia.

En este contexto, desde el Observatorio de la Pobrezas del Cippes manifestaron que “a 30 años de la vuelta a la democracia, hay que mirar lo que aún nos falta, desde la perspectiva de aquellos que se encuentran excluidos y que hoy constituyen  verdaderos desaparecidos sociales”, opinaron.

Sin lo anterior no habrá paz social, tan sólo un impase social entre el relato oficial y el resurgir de  la realidad”, concluyeron.

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