Actualización de metas del Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial

PEA gob nacionalNacionales. El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y el ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, presentaron la nueva etapa del Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial (PEA), que busca diseñar herramientas para alcanzar los objetivos planteados y desarrollar nuevos desafíos de cara al 2030.

Acompañado por los ministros de Agricultura, Carlos Casamiquela, de TrabajoCarlos Tomada, y de Ciencia, Lino Barañao, Capitanich planteó ejes de trabajo al sector productivo y valoró los desafíos planteados por el gobierno nacional a través del Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial, Participativo y Federal (PEA) 2020. También participaron asociaciones de productores de la agricultura familiar, representantes provinciales y de la agroindustria.

«Tenemos que pensar en una Argentina agroalimentaria, dejar de ser exportadores de materias primas y empezar a exportar alimentos con alto valor agregado, generando más puestos de trabajo, desarrollando la tecnología en el campo, optimizando la educación rural y promoviendo así el arraigo», afirmó Casamiquela, quien remarcó que “todos los miembros del sector están invitados a trabajar en pos de lograr y actualizar las metas del PEA«.

Las políticas de desarrollo productivo e innovación para el sector agroalimentario, que propuso la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, buscan optimizar la producción de alimentos de la Argentina con el fin de afianzarse como uno de los principales proveedores de alimentos a nivel global, dado que si bien en la actualidad se estima que la población mundial ronda los 7.200 millones de personas, se proyecta que para el 2020 se llegará a los 7.600 y para el 2030 a los 8.300 millones de habitantes.

Entre las metas del PEA para el 2020 se estima aumentar la producción alrededor de un 50 por ciento, llegando así a los 247 millones de toneladas de producción agrícola y forestal, distribuidas de la siguiente manera: Leche, 16.9 millones; producción forestal, 10.7; cereales, 84.6; oleaginosos, 69.8; frutales, 11.2; hortalizas y legumbres, 10.7; cultivos industriales, 35.5; carnes, 7.6.

Capitanich planteó ejes de trabajo al sector productivo y señaló que la presidenta estableció tres desafíos estratégicos. El primero de ellos es lograr el autoabastecimiento energético. Señaló que de la mano de este desafió se logrará reducir los subsidios y, “en consecuencia, fortalece la sustentabilidad de carácter fiscal con resultados primario y financiero sustentable”.

Explicó que además se elimina la restricción de divisas y aumenta el flujo de las inversiones para promover un proceso de formación de precios internos con mayor tasa de inversión y mejor oferta de bienes y servicios. “El autoabastecimiento -añadió- a su vez genera empleos de buena calidad y buenos salarios y en consecuencia una fortaleza estructural para la economía del país”.

En segundo lugar, indicó que el gobierno trabaja para lograr la industrialización acelerada sustitutiva de importaciones para incrementar el componente nacional por el sobre componente final de la producción nacional.

Al respecto, destacó la puesta en marcha del Programa de Aumento y Diversificación de las Exportaciones, que permitirá incrementar y diversificar las exportaciones. El Programa identificó 24 países, 264 partidas parciales y contempla una perspectiva para generar 100 mil millones de dólares de exportación para el 2015.

El último de los desafíos planteados por la jefa de Estado es lograr una logística integrada, que contempla continuar con el trabajo de recuperar puertos marítimos y pluviales, el sistema de transporte ferroviario, e incrementar las inversiones en materia de rutas y autovías para que estén óptimas las condiciones.

 capitanich 29 eneroPor otra parte, Capitanich se refirió a la Ley de Corresponsabilidad Gremial (26.377), sobre la cual consideró que “representó un avance extraordinario en la dignificación laboral de los trabajadores rurales”, y en esa línea detalló que hoy son 58.000 los obreros del sector que se encuentran incluidos dentro de la norma que garantiza obra social, jubilación y seguro de riesgo de trabajo.

“Tenemos una tierra pródiga de recursos y extraordinariamente fértil que debe administrarse racionalmente”, consideró y enfatizó la vinculación de la tecnología a procesos productivos con agricultura de precisión.

Si bien el funcionario señaló que resta seguir avanzando en estrategias que permitan minimizar el riesgo climático, así como en estructuras de financiamiento para “asegurar un modelo más proactivo con el sector”, precisó también que en materia de riego se aspira sumar otras 2 millones de hectáreas “para aumentar sustancialmente los niveles de productividad”.

Sin dejar de incluir a la agricultura familiar como uno de los ejes esenciales del mapa productivo nacional, instó a  lograr los incentivos necesarios para consolidar la matriz productiva, comprendiendo que “en un país que tiene un crecimiento extraordinario en el volumen de producción y expansión de su superficie agrícola existe una puja por la unidad de superficie, es decir la siembra de un producto en lugar de otro en función de los parámetros de rentabilidad”.

El ministro coordinador aludió además al programa Pampa Sur, lanzado por la presidenta junto a Barañao y sobre el cual se prevé que explote el potencial productivo de 2,8 millones de kilómetros de riqueza marina argentina.

Por su lado, Barañao aseguró que «estamos trabajando estrechamente con el ministerio de Agricultura con el objetivo de agregar tecnología al agro y optimizar la producción«. En tanto, Tomada ratificó el “compromiso del Ministerio de Trabajo para lograr estas metas, poniendo a disposición todas las herramientas disponibles para fortalecer y solventar las necesidades de los trabajadores«.

Para la confección de los métodos de trabajo y metas fueron convocadas a participar todas las provincias a través de sus ministerios de Producción; el sector científico-tecnológico con más de 53 facultades, tanto público como privado; los organismos descentralizados del Ministerio de Agricultura (INTA, Senasa, Prosap, Inase, Inidep, INV).

Además, de las cámaras empresariales relacionadas con el sector, representando a la totalidad de los complejos productivos; entidades de productores agropecuarios; del sector de la agricultura familiar y más de 450 escuelas agrotécnicas de todo el país, sumado a los cuadros técnicos y políticos del ministerio.

 

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